Por Norberto José Olivar
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Gómez se incorporó de un brinco y prendió la sirena de la patrulla. La Central ordenó perseguir a un trío que acababa de asaltar la Agencia de Bella Vista del Banco Occidental. Se dirigen a la calle Venecia... ¿Escuchó la radio compañero?, ¡al fin dios nos sacó de este aburrimiento! Ve, Aveledo, eso de que la delincuencia anda deprava’ como que es puro cuento, hace quince días que ando en la calle y apenas es ahorita que nos sale un poco de acción. Y apurate, coño, que se adelantan los de la PEZ. Y el otro atolondrado con el volante, en dirección a la Venecia, que no se preocupara, que tarde o temprano sabría lo que era entrarse a tiros con malandros, y mejor que fuera bien tarde porque este trabajo de mierda lo buscó porque andaba pelando bola. Cinco años de universidad, una licenciatura en Administración y miren donde fue a parar por mala leche. Eso de andar de Batman y Robin no era con él, ¡ni de vaina!, son locuras tuyas, Gómez, que tenéis la cabeza de adorno por lo visto. Pero no vais a negar, Aveledo, que ser polimaracaibo es una nota, uniforme arrecho, un pistolón virguito que hay que usar pronto pa’ que no se joda, ¿qué más queréis?, hasta este Toyota que es una nave con aire y todo, las carajitas se chorrean apenas llego al barrio, que si no fuera por la Andreína que me fregó con la barriga, te digo, las ensarto a todas. Lo que pasa, Gómez, es que todavía sois un carajito, tenéis mente e’ pollo, dejá que te nazca el chamo y te encariñéis, se te van a pasar esos grillos de Rambo que tenéis… ¡Dale por la derecha, Aveledo! ¿Estáis oyendo los tiros? ¡Se nos adelantaron, coño! Tranquilo Gómez, esos no son ningunos tiros. Dale rápido, Aveledo, más rápido, a ver si agarramos algo. Los sospechosos andan fuertemente armados y se dirigen hacia la avenida El Milagro en un Malibú blanco, ochenta, con vidrios ahumados. Si no te apuráis se escapan, Aveledo, no seáis tan cagao’ que nadie se muere antes de la hora, ¿no escuchaste que andan “fuertemente armados”?, no te portéis como un idiota, Gómez, si llegamos le echamos bola, pero no vamos a ponernos de carne e’ cañón como unos pendejos, en eso andan todos, te lo aseguro, esperando a ver quién empieza a soltarle tiros a los coños, ¡llamalos güevones!, ¿entendéis cómo es la vaina, Gómez? Estáis jodío e’ la cabeza, Aveledo, entonces los policías son una cuerda de maricas, si eso es así como vos contáis. No lo veáis de esa manera, Gómez, la cuestión es que la mayoría estamos casados, tenemos hijos, que bien bolsa seríamos si arriesgamos el pellejo por nada, habláis así por lo novato, después te vais a dar cuenta cómo es la cosa. Ojalá nunca me dé cuenta, Aveledo, lo que yo veo es a una partía de cagaos, más nada.