Piano casa encendida on&on, por Louise Bourgeois |
Romance Nº 4
Las teclas de un piano
que brillan perpetuas,
buscando en las notas
una luz cibernética...
que acompañe su dolor,
a través del nuevo sol.
La madera frágil
por el paso del tiempo,
esparce el sonido
un tanto indispuesta...
como si fuese
a llorar.
Y se echa a volar.
para así contemplar
desde el alto cielo,
el siglo en que nació
y en el que murió.
Un temor oculto
en sus cuerdas,
no le deja tranquilo
y su sueño se detuvo
en alguna ventana barroca
para escuchar al maestro
de Eisenach
Johan Sebastian Bach.
Las teclas de un piano
que brillan perpetuas,
buscando en las notas
una luz cibernética...
para poder caminar
en pos de la
humanidad.
Sus mundos opuestos
se encuentran en taxis
y charlan diciendo
que el piano está triste...
que comprenden
la cuestión y que
Bach se resignó
a no volver
a tocar.
Junto a ti
quiero estar,
cada día más y más,
¡Oh! mi piano viejo,
amigo de verdad.
Y se echa a volar.
para así contemplar
desde el alto cielo,
el siglo en que nació
y en el que murió.
*
Escena 1990
Hay un tornillo en el piso,
un poco más a la derecha
porciones de porcelana se empinan,
cuasi montañas,
entre las pelusas
que sueltan las colchas de algodón.
En el rincón exacto
de la pequeña habitación
-la cuerda partida de una guitarra
junto a una moneda de tres kopes -
en medio, una hoja de castaño amarillenta
yace desprendida del árbol,
pendida entre telas de arañas,
traída tal vez hasta aquí
por los fríos otoñales de Moscú o por algún viento
desafortunado.
Ahora;
dos cucarachas,
una más joven que la otra
suben lentamente por la pared
esquivando algo; alguien...
se detienen un poco,
mueven sus antenas puntiagudas,
se comunican entre si
regulando sus movimientos
y continúan en dirección contraria.
[táctica de caza para sorprender a la presa]
Sometida en ese mismo suelo
las dos emisarias de la muerte
comienzan a devorar su víctima,
segundo a segundo
se agita la respiración
las fuerzas le abandonan,
el sudor se mezcla con la savia y
siente un rallo que le descalcifica los huesos.
A lo lejos las cornetas de los autos
se escuchan lejanas.
Nunca antes deseó vivir más,
mientras agoniza piensa con volver
a las ramas, al árbol calvo,
testigo único del dolor supremo
que conlleva entregar al vendaval nórdico
los hijos de sus entrañas.
¡Qué contrariedad!
¿Qué mal ha hecho el castaño?
¿Qué mal ha hecho la hoja?
...duros fueron los inviernos en los tiempos de Stalin.
Aun escucho su voz de lamento
que repite una y otra vez
nuevo es este silencio
nuevo este dolor mío...
Es el ser ya sin salida,
la terrible delimitación
del espacio absoluto,
el absurdo,
la nada.
Aun no acabo de entender este cuadro
[Requiem lux perpetuam]
El tornillo.
los restos de la cuerda,
la moneda de tres Kopes,
los sonidos de la calle
y cucarachas que esperan
por más hojas despojadas al castaño,
ya que metales
jamás podrán
comer.
*
Extraños
(A Bento Carlo Mokesuane in memoria)
Sí,
eran ellos,
venían cansados
y orgullosos de espacio...
la cabeza altiva
los cabellos sucios,
¡plenos de humanidad!
plenos del polvo cósmico
que arrastraban
sus pasos.
Sí,
eran ellos,
planetas muertos,
ángeles caídos,
estrellas, asteroides o cometas...
alas que se negaron a volar
a la inmensidad del firmamento,
a lo más profundo de sus historias
hacia los confines
de la eternidad,
a los suelos
nobles
de los
astros.
*
Reversus
Yo,
Yo soy,
Yo soy quien
Yo soy quien dicen
Yo soy quien dicen que
Yo soy quien dicen que soy
Yo soy quien dicen que soy y llegan
Yo soy quien dicen que soy y llegan finalmente
Finalmente llegan y soy que dicen quien soy yo
llegan y soy que dicen quien soy yo
y soy que dicen quien soy yo
soy que dicen quien soy yo
que dicen quien soy yo
dicen quien soy yo
quien soy yo
soy yo
yo.
*
Luchin
(A Víctor Jara in memoria)
Luz blanca, sillas,
lluvias de media noche
que se precipitan ferozmente
como rompiendo la tierra
en las patas
de la mesa.
Luego, el actor:
Tan frágil como un volantín
recorre uno a uno los cuerpos celestes
llorando las penas de su pueblo,
es el mismo que comía tierra y gusanos,
aquel que jugaba con una pelota de trapos.
Cabizbajo
se esconde de los
demás
y por un momento
le sangran los deditos de las manos
que son también las mías...
y aparece el gato
y aparece el perro,
con los muñecos de cielo y también con el caballo
pero sin la pelota
de trapos.
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Franklin Pire (Estado Falcón, Punto Fijo, Venezuela) Compositor, pianista, pedagogo y teorético musical egresado del Conservatorio Estatal Piotr Ilich Chaikovski en la ciudad de Kiev, Ucrania, en 1996 con el grado de MSc. en Bellas Artes. Sus estudios de composición en el Conservatorio de Kiev los inicia con Lev Kolodub y posteriormente continua con la compositora ucraniana Maryna Denisenko, contrapunto y fuga con el maestro Gennady Lyashenko, teoría y sistemas de composición con la compositora Victoria Poleva orquestación con Lapinski Yakov Naumovich, formas y análisis con el maestro Nikolai Drenmliug. Ha compuesto diversas obras para coros, ensambles instrumentales, orquestales y más recientemente arreglos para su banda de jazz Franklin Pire & La Cool Jazz Session. Su música ha sido utilizada en producciones audiovisuales y teatro entre las que destacan el cortometraje Un día de pesca, la música para el clásico de Dickens Un cuento de Navidad con adaptación de Hilba D'Or, el tema del programa En Plural; además de participar como pianista en el tema principal estrella de la película Joligud del compositor Daniel Castro. Fue profesor en el Conservatorio José Luis Paz de Maracaibo y se desempeñó como Director de la Escuela de Música de la Universidad Católica Cecilio Acosta entre los años 2002 al 2005 y donde actualmente es catedrático.
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